UNA MIRADA AL FUTURO

Vivimos en un contexto social y mundial cada vez mas globalizado e interdependiente, donde intervienen factores, que cuesta controlar. Tambien es cierto que existen situaciones imprevistas, factores imponderables, el azar y la casualidad; sin embargo el ser humano no es o no debe ser una envarcación que va "para donde la lleva el viento", para donde lo llevan las circunstancias. Tenemos un espacio para la determinación personal, para crear vinculos y abrir horizontes; en definitiva para establecer desde nosotros mismos hasta donde queremos ir.

En este sentido se trata de anticipar; prever el rumbo que le daremos a nuestra vidas, a fin de centrar nuestros esfuerzos en avanzar en esa dirección, y para ello ayuda el establecer nuestra misión personal y hacer una proyección temporal del logro de las mismas

viernes, 25 de junio de 2010

LEY DE JERKES-DODSON

LEY DE JERKES-DODSON

La Ley de Jerkes–Dodson nos muestra en forma de campana la variación del rendimiento cuando lo hace el estrés.

El eustrés resulta muy funcional en su parte más alta. También el distrés, al comienzo, pero se torna rápidamente en disfuncional, aparte de comenzar a resultar un peligro para la salud, para el rendimiento y para la relación con los demás. El bajo rendimiento acaba acompañado de una ansiedad y una angustia que pueden conducir incluso al bloqueo.

Tanto la insuficiencia como el exceso de estrés resultan, por tanto, disfuncionales, contraproducentes. Aunque está claro que el exceso resulta peligroso tanto más cuanto mayor sea y la insuficiencia no.

El óptimo de la curva será la zona final de eustrés, inmediatamente antes del máximo. Es probable que la busque inconscientemente mucha gente para sí, para su equipo o para sus hijos. Y es bueno hacerlo. Pero una permanencia excesiva en esa situación de estrés también resulta peligrosa, porque el organismo no la puede mantener sin entrar en ciertos riesgos. Los recursos que se generan en ella son extraordinarios y están previstos para situaciones excepcionales y no de modo continuado. El organismo necesita periodos intermedios de relajación.

Por supuesto que el tamaño de la curva depende de la capacidad y la resistencia al estrés que tenga la persona. Y puede crecer al hacerlo estas características, de modo que el estrés difícil de soportar en un determinado momento puede resultar motivador tiempo después, con la variación de la curva que producirán la experiencia y el desarrollo personales.

Éste debe ser el sentido y el objetivo de ese desarrollo: mejorar nuestra capacidad.

Pero no son suficientes los años: la experiencia no la debemos a lo que nos ocurre, sino a lo que hacemos con lo que nos ocurre.

En el ser humano la precisión no es tan necesaria, pero ocurre algo parecido: necesita tensión, estrés, lo que tú necesitas es aprender a hacer mayor tu campana.

Para ganar una prueba deportiva importante es preciso un eustrés próximo al máximo. Esto explica, los frecuentes éxitos de equipos deportivos medianos ante otros superiores, cuando el teóricamente inferior tiene un eustrés alto y el otro, por la confianza en su superioridad, lo tiene bajo.

ESTRÉS

De ahí el esfuerzo que suelen hacer los entrenadores de equipos grandes para mentalizar a sus jugadores de que “el partido no está ganado” de antemano. E incluso dentro del partido, se hace necesario muchas veces renovar el estrés, cuando se va ganando, para evitar una remontada sorpresiva. Uno de los tópicos del fútbol es que “el partido no ha terminado hasta el partido final”. Hemos visto cambiar muchos resultados en el tiempo añadido.

Cabría concluir que una habilidad esencial de cualquier entrenador deportivo o de cualquier maestro es llevar a cada uno de sus pupilos a su máximo grado de eustrés... sin pasarse al distrés.

Pero lo que ha hecho más conocido al estrés, lógicamente, han sido sus efectos perniciosos. Por eso solemos conocer coloquialmente como estrés a lo que deberíamos llamar distrés, que es sólo la parte negativa y peligrosa del mismo. De hecho, siempre que se habla de estrés, a secas, nos estamos refiriendo a este tipo: al “malo”.

El organismo dispone de mecanismos de adaptación al estrés, según éste se va acentuando. Cuando estos mecanismos de respuesta directa de comportamiento fracasan, aparecen en el individuo estresado síntomas fisiológicos y psicológicos. De modo simultáneo o alternativo puede presentar alguno de los sustitutos psicológicos de la antigua necesidad de lucha (miedo, mal humor, crítica, irritación...) o huida (aburrimiento, apatía, pesimismo, desesperanza, desmemoria, dejar las cosas para más adelante, entre otros). De hecho, también estos síntomas son amigos que nos avisan de un peligro.

ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE:
Indica los momentos en que has presentado mecanismos de adaptación al estrés, logrando su control.

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